sábado, 1 de octubre de 2011

Fábulas modernas

Augusto Monterroso (Tegucigalpa, Honduras, 21 de diciembre de 1921-México, D. F., 7 de febrero de 2003), ofrece en La oveja negra y demás fábulas una perspectiva lúdica y crítica del comportamiento humano. Después de un tiempo de observación a los animales del Zoológico de Chapultepec, en la Ciudad de México, Monterroso logró identificar actitudes humanas con las de la fauna. 

De esta manera, "El conejo y el león" retoma ese viejo que refrán que reza: "Perro que ladra no muerde"; "El mono que quiso ser un escritor satírico", plantea la imposibilidad de ser "químicamente puros" o "normales", al final siempre habrá alguien que se sienta aludido ante nuestras críticas, sin que los dardos vayan hacía ese objetivo. "La mosca que soñaba que era un águila", resulta una paradoja de lo que queremos ser y no somos y el papel de nuestros miedos. "La fe y las montañas", es un divertido y breve texto en torno a la fe y el escepticismo. "La oveja negra", una fábula breve que hace reflexionar cómo los rebeldes después son incluidos en la historia oficial. "El sabio que tomó el poder", muestra el enfrentamiento entre la fuerza y la razón. "El espejo que no podía dormir", exhibe nuestra tendencia a ser en la medida que somos útiles para otros. "El búho que quería salvar a la humanidad", describe las cavilaciones de un búho para tener un mundo feliz y la incomprensión de la sociedad. "La tortuga y Aquiles", retoma la paradoja de Zenón, pero la tortuga vierte declaraciones en torno a su proesa. "El camaleón que finalmente no sabía qué color ponerse", bien podría ser la descripción de muchos políticos mexicanos. 

"El apóstata arrepentido" aborda la duda de la fe-, "El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio", el arrepentimiento; "La jirafa que de pronto comprendió que todo es relativo", la actitud positiva. "Los otros seis", es la historia de otro búho, éste, clasificado como uno de los siete sabios; "Monólogo del mal", la eterna  lucha del bien y el mal, con la constante desventaja del mal ante los ojos del mundo; "La cucaracha soñadora", una divertid retahíla a partir de La Metamorfosis de Franz Kafka; "El salvador recurrente" juega con la teoría del eterno retorno; "La rana que quería ser una rana auténtica", una mordaz crítica a la baja o nula autoestima; "Pigmalión", quizá el texto más largo, enfrenta al poeta con su obra. El desenlace me recordó al cuento "Mi vida con la ola" de Octavio Paz. En el "Monólogo del bien",  el bien se lamenta que no siempre se aprecia en su justa dimensión sus intervenciones. "Las dos colas, o El filósofo ecléctico", presenta la siempre existente "voz autorizada", que brinda conocimiento y tranquilidad. "El grillo maestro", es una sátira de la educación y del conservadurismo. "Sansón y los filisteos" , nos aconseja a siempre estar del lado de los filisteos, conclusión sacada con lógica formal.

Y podríamos seguir enumerando cada una de las fábulas, todas inteligentes y con intertextualidad: "El cerdo de la piara de Epícuro", "Caballo imaginando a Dios", "El perro que deseaba ser un ser humano", "El mono que piensa en ese tema", "El burro y la flauta", "La parte del león", "El paraíso imperfecto", "La honda de David", "Gallus Aureorum Ovorum", "La buena conciencia", "La sirena inconforme", "Los cuervos bien criados", "Origen de los ancianos",  "Paréntesis", "El fabulista y sus críticos" y "El zorro es más sabio" (enorme homenaje a Juan Rulfo).

Textos breves, pero no tan sencillos que requieren de un determinado conocimiento general y un sentido del humor a la altura.

MONTERROSO, Augusto: La oveja negra y demás fábulas, México, Era, 15º ed., 2010, 104 p.

No hay comentarios:

Publicar un comentario