lunes, 24 de enero de 2011

Una invitación a leer (y a escribir)


Uno de los criterios de selección de libros viene dado por los elementos paratextuales (colores, portada, tamaño de letra, ilustraciones, grosor, etc.), así fue como llegué al siguiente libro: Claro que me atrevo: Escritos de mujeres mexicanas. El título me llamó la atención y no me defraudó, al contrario, invita a seguir leyendo más obras de Documentación y Estudios de la Mujer A. C. (DEMAC).

La estructura del libro es una analogía de la estructura de la mayoría de las vidas, es decir, va de los orígenes a la muerte, dejando para el final tres apartados: la escritura, los comienzos y los diarios. Relatos breves, de hecho, extractos de relatos, configuran el universo del texto. En él las historias se entretejen para compartirnos el caleidoscopio de sensaciones y emociones, que nos recuerdan nuestra condición humana.


Testimonios desgarradores desde la mujer que no sabe quién fue su madre, la hija que presenció el intento de suicidio de su progenitora, la militar paracaidista que experimentó el dolor de varias fracturas en una demostración ante el presidente, la anciana que recuerda el día que la llevaron al asilo, la niña que sabe que su condición de mujer y de infante la hacen presa de la violencia. También hay textos alegres, aquellos que dan gracias a la divinidad que otorga la vida, el reencuentro con el ser, la juventud realizada, la gratificación de nacer en “pañales de seda”. 

Sin lugar a dudas este es un libro que provoca leer, y lo mejor, invita a escribir, a romper silencios, a compartir la vida. 

Claro que me atrevo, México, DEMAC, 2006, 303 p.

domingo, 23 de enero de 2011

Voces en el parque: poesía en imágenes

Muchas personas consideran que los libros álbum son exclusivos para pequeños, sobre todo por ser sencillos de leer. Dicha concepción se debe, principalmente, al formato mismo del libro: predomina la imagen sobre el texto. Sin embargo esto no siempre es así. Hay libros-álbum que son un reto a los referentes culturales del lector. Tal es el caso de Voces en el parque de Anthony Browne (Sheffield, Inglaterra; 11 de septiembre de 1946).


Los libros de Browne se caracterizan por jugar con la intertextualidad y provocar el pensar en el lector. La historia del libro que nos ocupa es sencilla: una tarde en el parque. ¿Qué tiene de complejo ello? En apariencia nada, sólo que es una historia contada a cuatro voces, cuatro miradas de un mismo acontecimiento, cuatro sentires de una misma experiencia.

Los protagonistas, los narradores son: la madre de Carlos, el padre de Manchas, el propio Carlos y la propia Manchas (además de las respectivas mascotas de cada infante). Iniciemos con Carlos y su familia: Propietaria de una gran casa, es decir, una familia opulenta, la madre es una madre sobreprotectora que no deja a Carlos explorar el mundo. Éste es un niño deseoso de jugar, de ser libre. En claro contraste se encuentra Manchas y su padre. El desempleo lo tiene preocupado y deciden ir al parque para despejar la mente. Ahí se encuentran la niña y el niño. Los perros de ambos también juguetean.

Las imágenes surrealistas son sin lugar a dudas un homenaje al pintor belga René Magritte y en menor medida a Edvard Munch (en dos ocasiones aparece “El grito”). El juego de sombras también nos dice algo, los colores, las estaciones, las referencias a otras obras culturales. Un libro para disfrutar, para reflexionar, para pensar, para leer y para ver.

BROWNE, Anthony: Voces en el parque, México, FCE, 1999, 32 pp.

viernes, 7 de enero de 2011

Cuentos maravillosos despojados de lo maravilloso


Sin lugar a dudas mucho de la magia de los cuentos de hadas que escuchamos en la infancia, es el lenguaje. Como bien lo dice Graciela Montes, en ellos se permite trasgredir la frontera de la moral en turno, de los prejuicios y traumas, de lo políticamente correcto.

Los cuentos de los hermanos Grimm han acompañado a generaciones, antes de dormir, en las aulas, en voz de cuentacuentos, de los padres, maestros, hermanos (y sus equivalentes en femenino). Los cuentos recopilados en esta edición son: “Blancanieves”, “Los siete cuervos”, “La luz azul”, “Los duendes zapateros”, “El pájaro de oro”, “El sastrecillo valiente”, “La bella durmiente”, “¡Mesa cúbrete!”, “La hija del molinero”, “Elisa la lista”, “El guardián de ocas”, “Hansel y Gretel”, “Un ojito, dos ojitos, tres ojitos”, “El nabo”, “Las tres hilanderas”, “La dama y el león”, “Caperucita Roja”, “Juan Sinmiedo”, “La oca de oro”, “Los músicos ambulantes”, “Las princesas bailarinas”, “El espíritu de la botella” y “El pozo mágico”.

La edición de pasta dura es accesible. Las características de las ilustraciones son básicas ya que realmente poco aportan a la historia. La tipografía es buena para una lectura en voz alta. Sin embargo, el desencanto está en las versiones.

Todas estas historias tienen poesía en su narración y al suprimirla, pensado en su mejor comprensión, se aniquila mucha de la magia que he mencionado en un principio. Por ejemplo, y regresando a Montes, en el cuento “¡Mesa cúbrete!”, que es el que la autora argentina hace alusión en su libro La frontera indómita, el conjuro mágico para que el asno cague oro es: “Briclebric”. Nada que ver con las consignas y frases más elaboradas, llenas de magia y poesía de otras ediciones.

En general el libro puede ser recomendable para aquellos padres primerizos (primerizos en ser padres y primerizos en ser padres lectores) y que quieran iniciar a tejer el vínculo afectuoso que es la lectura.

GRIMM, hermanos: Cuentos de Grimm. Cuentos maravillosos para antes de dormir, España, Todolibro, 2000, 231 p.

La casa de los diablos

Según los últimos estudios de la física cuántica el cerebro, los pensamientos, configuran en gran parte nuestra realidad. El desear algo, para bien o para mal, con vehemencia tendría como consecuencia su obtención.

En La casa de los diablos, Teresa desea una familia, un hogar que deje en el pasado su permanencia en el internado para huérfanos. En el traslado a lo que será su nueva vida, una vida integrada al campo laboral y al esfuerzo por seguir estudiando, conoce a María. Ésta última es una chica de origen argentino que se va a encontrar con su abuela paterna (a quien no conoce) quien se hará cargo de ella al fallecer su padre y su madre.

Un accidente ferroviario cambia el rumbo de las cosas. Primero, la confusión. ¿quién es María y quién Teresa? ¿quién falleció? Es de suponerse que María murió y Teresa, sin quererlo, usurpó su lugar.

El título hace referencia a los cuatro tremendos chiquillos que esperan a “María” en Los Teobaldos, todos producto del segundo matrimonio de “su padre”. El tiempo pasa y el develar la verdad es cada vez más difícil. La abuela y los diablillos van robando el corazón de “María”.

La trama la vamos conociendo por las cartas no enviadas de Teresa a José. Ese chico con el cual apenas iniciaba una amistad. El destino los unirá nuevamente en Los Teobaldos. La novela es muy recomendada para quienes se resisten a la lectura o apenas inician a leer. Para aquellos docentes que buscan “valores” en los libros este texto de Lucía Baquedano Azcona (Pamplona, 18 de diciembre de 1938) será muy buena opción.

BAQUEDANO Azcona, Lucía: La casa de los diablos, México, CONACULTA-Everest, 2000, 153 p. (Punto de Encuentro).

lunes, 3 de enero de 2011

El fabricante de estrellas

Pocos libros infantiles y juveniles me han dejado la incertidumbre provocada por El fabricante de estrellas. Lo digo porque el libro me llamó la atención, me gustó la presentación, pero la historia, si bien no me fue del todo desagradable, realmente no me atrapó en ningún momento.

Resulta interesante la propuesta de darle una explicación literaria a los fenómenos astronómicos. De hecho de eso trata la historia: un personaje que crea estrellas y hoyos negros, además de enfrentarse contra una serpiente emplumada.

Quizá el lenguaje en ocasiones es un tanto pretensioso y le resta agilidad a la lectura. Con ello no estoy diciendo que la literatura infantil y juvenil deba realizarse con un lenguaje pobre y llano. Sin embargo, el acudir constantemente al diccionario (práctica común que las aulas heredan, en lugar de contextualizar) puede propiciar distracciones.

Los elementos paratextuales hacen que el libro sea realmente atractivo. Su formato, la composición de colores, etc. Sin lugar a dudas todas estas cuestiones que me ha planteado su lectura, me invitan a una relectura. Invitación de la cual los hago partícipes.

ALONSO, Alejandro: El fabricante de estrellas, México, Porrúa, 2009, 75 p. (Gusano de Luz).